INNOVACIÓN EDUCATIVA
por Edublog · 11 abril, 2018
Por Dither Balderas.
Universidad Autónoma del Estado de México
En varios cursos o congresos muchos asistentes me han preguntado si llevaremos a cabo alguna actividad de innovación educativa o me han cuestionado respecto a cómo se hace la innovación educativa, incluso han preguntado ¿qué es innovación educativa?
Es sumamente interesante darnos cuenta que no alcanzamos a identificar que la innovación está en cada uno de nosotros, es decir, está en el cambio a la forma de pensar, en el romper paradigmas, está en ver y hacer lo que otros no, en desarrollar y hacer negocio en donde otros no identifican oportunidades debido a limitantes, prejuicios, bloqueos mentales, por miedo al fracaso, por ir en contra de lo establecido, no se arriesgan a incursionar en mercados diferentes ni determinar estrategias distintas, o simplemente en hacerlo diferente, hacerlo mejor.
Estamos tan acostumbrados a “pensar dentro de la caja” y a que nos digan por dónde caminar, que para incorporar estrategias de innovación necesitamos un curso en que se nos indique cómo innovar.
Generalmente, si a un niño le regalan una caja con colores tendrá prohibido pintar en otro lugar que no sea en una hoja de papel, no podrá pintar en la pared o en otro lugar que le parezca más atractivo, lo justificaremos diciendo que es por disciplina, orden, limpieza. Lo vamos a argumentar también de acuerdo con nuestra forma de pensar, nuestra realidad, nuestro pasado, y en relación con lo que aprendimos y no queremos desaprender. Si el bosquejo o trazo de ese niño no cuenta con los rasgos del objeto que quería plasmar se le cuestionará, por ejemplo, “¿eso no es un elefante?” o se comentará “él dice que es un elefante”. Cuidado, ese es “SU ELEFANTE”, esa es su creatividad, su imaginación y su forma de ver las cosas, de ver la vida. La forma de conducir y resolver estos puntos son los que dan, quitan o limitan la idea de crear, imaginar, innovar, ser y pensar diferentes.
Hace algunos años un director de área me dijo que el marketing no servía para la educación, que la ocurrencia de implementar estrategias de marketing en la escuela era un absurdo y terminó diciéndome: “la educación no se vende”. Su realidad y poco conocimiento respecto al marketing le permitía identificarlo sólo como herramienta de venta y enfocarlo a empresas de consumo, pero lo más delicado fue que su ceguera lo llevó a afirmar que su conclusión era real.
“Podemos estar ciegos para lo evidente, y ciegos además para nuestra ceguera” (Daniel Kahneman).
La intuición e imaginación son características o factores que nos permitirán llegar a ideas distintas, diferentes, hacer cosas disímiles a las que ya existen. “Es la antesala de la creatividad”, como bien dijo Fernando Botello.
Uber es un gran ejemplo, antes de Uber ya existía la necesidad y demanda por un servicio de taxi, también existían usuarios, vehículos, tecnología, internet, celulares con conexión a internet, tarjetas de crédito, pago en línea, GPS y otras herramientas más que alguien tuvo a bien agrupar y desarrollar una App para crear un servicio online y ponerlo a trabajar. Esa App vino a revolucionar la forma de utilizar, solicitar, cobrar, ubicar, identificar y hasta conocer el auto y al conductor que nos dará un servicio de taxi, sólo nos queda decir: ¡Wow! ¡Qué buena idea, son magos!, ¿cómo hicieron tal negocio?, ¿cómo lograron tanto éxito?
La respuesta es hasta cierto punto simple, lo lograron pensando fuera de la caja, rompiendo paradigmas, creyendo en ellos, en sus ideas e incorporando un servicio desconocido en el mercado.
Investigar el mercado, conocer necesidades de los usuarios o potenciales usuarios, identificar tendencias y estar al tanto del giro en el cual quiero destacar nos da la oportunidad de innovar, de hacer las cosas diferentes.
Google, Microsoft, Lego, por mencionar algunas marcas, realizan innovación en lo referente al ámbito educativo, están enfocados en introducir en el proceso formativo estrategias que mejoren el aprendizaje, en algunos casos disminuyendo el esfuerzo invertido por parte de los estudiantes y obteniendo igual o mayor aprendizaje, o manteniendo el mismo esfuerzo que invertían los alumnos antes de aplicar la innovación, pero adquiriendo siempre mayor aprendizaje y de forma interactiva.
Por ejemplo, Lego Education cuenta con un programa de robótica sumamente interesante, el cual consiste en entregar a los alumnos un kit con bloques de construcción, motores y sensores con los que deberán realizar un prototipo enfocado a resolver problemas reales. Los alumnos pueden trabajar con su intuición, imaginación, creatividad y desarrollar lo que se les ocurra, pueden experimentar, cometer errores, aprender de ellos y, por ende, formarse.
Con este tipo de prácticas se beneficia tanto el alumno como el docente, al tiempo que se impacta positivamente en lo referente al análisis, el trabajo en equipo, la integración, la solución de problemas, la mejor convivencia y participación, entre otros factores que mejoran el ambiente de aprendizaje.
Para desarrollar esta innovación educativa, Lego Education incorporó elementos existentes: docentes, alumnos, aulas, sus tradicionales bloques, herramientas tecnológicas y problemas reales. Al conjuntar esto se crea una manera distinta de formarse, se aprende dando solución a un problema real por medio del uso de herramientas que permiten ejecutar, planear, construir, crear, aplicar, imaginar.
Lo interesante de todo esto es que el alumno deja de ser pasivo y se vuelve el orquestador de su proyecto, de su clase, de su aprendizaje.
La innovación, por tanto, depende de nosotros mismos, de cambiar nuestra forma de pensar. Innovar no necesariamente es empezar de cero ni cambiar todo lo que veníamos haciendo. Innovar puede verse como una acción en la que incorporamos formas, herramientas y métodos existentes al producto o servicio que desarrollamos.